Exigimos
February 5, 2016

Por: Daniel Chía Matallana
@dchiamatallana
El ahora suspendido Defensor del Pueblo, Jorge Armando Otálora, renunció y no creo que por una especie de revelación ética de su parte, sino porque el escándalo se le salió de las manos y ya no pudo sostenerse. Haberse quedado en el cargo hubiera sido una afrenta contra las mujeres y contra el país en general, hubiera confirmado lo que algunos pensamos, que como tantos otros funcionarios públicos, es un burócrata puestero con buenos amigos en el gobierno, que se pasa por la faja la responsabilidad política de su cargo y alega tecnicismos jurídicos para amarrarse a un escritorio. El caso de Otálora sin embargo, no es el único, digamos que este hizo mella en la opinión pública, por estar rodeado de detalles morbosos que a este país de novelas y realities le encantan, sin embargo y siendo muy grave lo que pasó, creo que aquí suceden cosas iguales o peores todos los días, que deberían en igual forma desatar la ira e indignación de los colombianos.
"Haberse quedado en el cargo hubiera sido una afrenta contra las mujeres y contra el país en general, hubiera confirmado lo que algunos pensamos, que como tantos otros funcionarios públicos, es un burócrata puestero con buenos amigos en el gobierno, que se pasa por la faja la responsabilidad política de su cargo y alega tecnicismos jurídicos para amarrarse a un escritorio"
El Magistrado de la Corte Constitucional Jorge Pretelt, por ejemplo, envuelto en un escándalo de proporciones mayúsculas, denigrantes para la profesión del abogado y oprobiosas a la dignidad de la justicia, alegando como lo hacen otros colegas, la presunción de inocencia, el debido proceso, etc, en realidad todos conceptos ciertos y de una validez profunda, debería renunciar, irse, probar la inocencia que tanto alega, por fuera de la Corte, lejos de ese recinto que en algún momento fue la institución jurídica y democrática que más admiró el país, pero que con personajes como este, la desdibuja y ofende, opacando sus verdaderos logros y aportes a la democracia.
Por otro lado, al Procurador Ordoñez, a quien no le es suficiente perseguir a las minorías, como lo hace con la comunidad LGBTI; lanzarse en ristre contra el proceso de paz, recitando a los cuatro vientos teorías de la conspiración que según él, desde La Habana buscan tumbarlo del cargo; escoger bajo no sé qué criterios, contra quién y en qué momento se deben iniciar procesos disciplinarios; debe sumarse además su particular e irregular campaña de reelección, campaña que se basó, como se manifiesta en la demanda que cursa en el Consejo de Estado contra su reelección, en el abuso de la nómina de la Procuraduría General, nombrando a diestra y siniestra, hijos y familiares de sus nominadores, los Magistrados de La Corte de Suprema de Justicia que lo ternaron, y de sus electores, los Senadores de la República, quienes votaron y lo eligieron.

Otálora y Ordóñez
Foto vía: elpais.com.co
Además de estos dos puntuales casos, donde el límite ético y jurídico en realidad no es tan difícil de definir, existe otro más, que solo pienso nombrar pero que no debe pasar desapercibido por el lector, me refiero a familias enteras, dinastías políticas que manejan gran volumen de contratación estatal. Me refiero a los lazos de consanguinidad y afinidad que se reparten el poder político regional en el país; hablo de conflictos de intereses, de buses, transmilenios y compañías automotrices; hablo en general de la sociedad endogámica que maneja este país.
Aquí, quienes pedimos que se vayan, no estamos condenando penalmente a nadie, ni sancionando disciplinariamente a ninguno, para eso hay instancias, procesos y jueces. No, aquí lo que exigimos es dignidad, coherencia ética y profesional, exigimos funcionarios sin tacha alguna, a la altura de sus responsabilidades, que nos representen y cumplan sin titubeos sus funciones.
"(...) aquí lo que exigimos es dignidad, coherencia ética y profesional, exigimos funcionarios sin tacha alguna, a la altura de sus responsabilidades, que nos representen y cumplan sin titubeos sus funciones"
Finalmente todos los días, cuando hago seguimiento a las noticias, y veo, ya no con asombro, porque en esta esquina del continente ya nada me asombra: corrupción, abuso de poder y otros muchos “folclorismos”, me pregunto: ¿de dónde salen tantos?
¿Será que hay alguna facultad secreta que gradúe de insensato a más de un profesional?

Jorge Pretelt
Foto vía: elheraldo.co





